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Cómo controlar la ansiedad en tu hijo
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Cómo controlar la ansiedad en tu hijo

La vida está llena de cambios y constantemente nos vemos enfrentados a ellos, pero no siempre es fácil adaptarnos a todos. La entrada al colegio, la llegada de un hermanito, la separación de los padres, la incertidumbre respecto a lo que vendrá, entre otros, son algunas de las situaciones que pueden causar ansiedad en nuestros hijos;, pero si su intensidad es muy elevada y no contamos con herramientas para manejarla, puede afectarnos y obstaculizar nuestro funcionamiento.

Lo importante, más que evitarles situaciones que les generen ansiedad (pues en la vida deberá enfrentarse a muchas de ellas), es contar como padres con herramientas que nos permitan apoyar, aliviar y calmar esta angustia, además de entregarles a nuestros pequeños algunas habilidades que los ayuden en este camino.

Es por esto que les compartimos algunas ideas y técnicas que han demostrado su utilidad en el manejo de la ansiedad infantil:

  • Preparación. Conversar con nuestro hijo respecto a lo que vendrá, que el niño pueda saber por ejemplo, ¿qué sucederá cuando entre por primera vez al colegio? lo ayudará a anticipar algunos de los cambios que deberá enfrentar, pudiendo aceptarlos mejor cuando éstos sucedan.
  • Visualización. Trata de visualizar las situaciones en las que el niño se pone más inquieto o ansioso. Cuando puedas ver un patrón trata de cambiar la situación. Una forma en que puede visualizar estos cambios y bajar su ansiedad es realizando “imaginerías” guiadas por nosotros, como la siguiente:

“ahora vas a cerrar tus ojitos y vas a imaginar que ya vamos a entrar al colegio, es tu primer día de clases… ese día te pondré tu uniforme nuevo, te acompañaré a tu colegio y entrarás tu sala, ahí habrá otros niños de tu edad a los que conocerás poco a poco. También habrá una profesora a la cual deberás escuchar, ella les dirá qué deben hacer, les dará tareas y les enseñará cosas nuevas…”

 esta imaginería puede adaptarse a las características de cada niño y a lo que los padres sientan que su hijo necesita para sentirse más seguro.

  • El optimista es quien confía en que pase lo que pase, podrá salir adelante y estará bien. Saber que podemos contar con ayuda de los padres u otros adultos para sobrellevar las situaciones más difíciles, disminuye el temor y la ansiedad ante el futuro. Los padres debemos  transmitir esta confianza y la esperanza de que todo estará bien,  sin duda, podemos expresar nuestros temores y dudas, buscar apoyo cuando sentimos angustia, sintiendo la tranquilidad de que con el tiempo todo se va solucionando, las heridas van sanando y nos volvemos más fuertes.
  • Mantener rutinas. Cuando hay cambios importantes a nuestro alrededor, es clave para los niños mantener cierta estabilidad en el día a día, como por ejemplo los horarios, rituales y rutinas relativas al comer, bañarse, dormir, entre otros. Esto le dará la seguridad básica necesaria para afrontar los cambios que vendrán a su vida y cierto orden en su ritmo biológico también, pues cuando un niño no duerme bien, por ejemplo, al día siguiente se siente más cansado, tiene menos capacidad de atención y concentración, puede estar más irritable y tener menos paciencia, lo cual va potenciando la angustia que puede sentir ante un cambio.
  • Mayor cercanía y comunicación. Si nuestro hijo se siente ansioso, está irritable o notamos diferencias en su comportamiento asociado a algún cambio presente o cercano, es fundamental darnos el tiempo para acercarnos un poco más, hacerlo sentir querido a través de gestos de cuidado y cariño, además de generar espacios donde él pueda expresar sus sentimientos y preguntas, y que él sienta que de verdad no está solo y puede contar con sus padres en este momento. Siempre mantén la calma ya que si te pones ansioso le sumas más ansiedad a la situación.
  • Aceptación de fracasos. Trata de educar a tu hijo para que la frustración sea una parte aceptada de la realidad, recalcando que los obstáculos forman parte de su crecimiento y por lo tanto no opacan el orgullo y el amor de sus padres, así, cuando lo aprenda y tenga fracasos como todos, la sensación de ansiedad será menor y tendrá mayor capacidad para aprender de los errores o de situaciones en las que el deseo se ve frustrado.
  • Confianza en sí mismo. Trata de fomentarle seguridad y confianza en sí mismo otorgándole espacio para su autonomía, más allá de tus miedos “naturales” como padre o madre.
  • La forma de expresión y comunicación favorita de los niños es el juego, en él no sólo muestran sus ansiedades y liberan las tensiones que van sintiendo, sino también van desarrollando historias e ideas que están rondando su mente, intentan resolverlas o a veces incluso nos comunican mensajes para que nosotros les ayudemos a resolver algo en particular. Facilitarle los espacios, los materiales, el  tiempo y todo lo necesario para que desarrollen sus juegos puede ser de gran alivio y apoyo.
  • Relajación. Si bien hoy en día hay clases de yoga, musicoterapia y otras actividades que promueven la relajación en los niños, hay maneras sencillas de detenerse y conectarse con un estado de calma mientras están en casa. Algunas prácticas que pueden enseñarles a sus hijos, son:
    1. Respirar profundo y lento, conectarse con la sensación del aire que entra a sus pulmones,  y sentir cómo en esa inhalación entra calma, tranquilidad y energía nueva a nuestro cuerpo y luego cuando exhalamos el aire, va llevándose las tensiones, miedos y angustias. Así, cuando esté triste, rabioso o lo embargue una emoción desagradable, podrá centrarse unos minutos en respirar profundo para manejar su ansiedad y que así no se le desborde.
    2. Otro modo es recostarse en la cama o sobre un lugar blando, grabarle música relajada para que escuche (sonido de agua, naturaleza, música suave, etc.) y acostarse unos minutos con los ojos cerrados a escucharla.

Es de considerar que al principio, es clave que los padres respiren profundo con el niño o se detengan en familia a oír la música con los ojos cerrados, mientras con el tiempo su hijo va adquiriendo el hábito y va recurriendo solito a estas herramientas cuando se sienta muy alterado o ansioso por las situaciones que enfrenta.

  • Masaje Infantil. Diversos estudios demuestran que el masaje ayuda a que los niños bajen su nivel de ansiedad, se sientan más tranquilos, relajados, seguros y confiados en su entorno, pudiendo liberar sus tensiones y comunicar sus emociones con mayor facilidad. Por esto, el que los padres puedan aprender esta técnica para ofrecerla a sus hijos puede ser un aporte significativo en tiempos de cambio o de situaciones difíciles.
  • Flores de Bach. Muchos padres sienten que necesitan un apoyo complementario para ayudar a su hijo, pero tampoco quieren recurrir a medicamentos… En esta instancia surge cada vez con más fuerza el uso de las flores de Bach, las cuales no tienen efectos secundarios y en muchos casos aportan a que el niño logre sentirse más tranquilo, relajado y en un mejor estado para continuar con los distintos desafíos que debe vivir.

Como pueden ver, hay diversas maneras de ayudar a nuestros hijos a disminuir su ansiedad, además de enseñarles a manejarla de tal modo que ésta no los sobrepase o afecte demasiado. No obstante, la clave es que en todas se transmita el amor que sentimos por ellos, pues esto los hará sentir más seguros y confiados en que pase lo que pase siempre podrán contar con nosotros.

 

 

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