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Cómo ayudar a los niños a vencer sus temores
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Cómo ayudar a los niños a vencer sus temores

Un niño se atemoriza cuando circunstancias fuera de su control, o circunstancias que todavía no comprende, afectan su frágil sentido de seguridad. El proceso de desarrollarse, nacer y crecer durante los primeros años incluye muchas ocasiones en que el sentido de seguridad de un niño se ve desafiado.

Aunque creamos vivir en una sociedad “avanzada”, muchos niños llegan a enfrentar situaciones amenazantes desde muy temprana edad. También se les causa daño con la rudeza, las amenazas y violencia comúnmente representadas contra los niños en los programas, películas y cuentos “infantiles”.

La situación que originalmente inculcó un miedo en el niño le hizo sentir impotente y en peligro. Para liberarse de los sentimientos de miedo, encuentra un lugar común y ordinario para enfrentarlo. De esta manera, puede mostrar sus sentimientos sin el riesgo de experimentar una amenaza real a su seguridad. Al ir creciendo, los temores de un niño se manifiestan primero usando un pretexto y luego, si no encuentra la ayuda para resolverlos, usando otros pretextos. Usted sabrá que su niño está listo para liberarse de un temor cuando actúe con mucho miedo ante una situación inofensiva.

¿Cómo se liberan del miedo los niños?

Podemos ayudarles a los niños con sus temores en la manera que jugamos con ellos y en la manera en que reaccionamos cuando se ven vencidos por el miedo.

 La risa alivia el miedo

Un tipo de juego que ayuda a los niños a vencer temores, es el de “tiempo especial” en el que un adulto juega a lo que el niño quiere (con niños mayores, es buena idea poner límites si el tiempo especial implica gastar dinero). Usted es quien va a escuchar. Note qué es lo que el niño disfruta más y apruébelo con cercanía y cariño. Durante este tiempo especial, busque oportunidades para asumir el papel más débil.

Si su niño está jugando a que sale a trabajar, usted jugando va a llorar e implorar que no se vaya. Si su niño quiere jugar a que le atrapa, trate de hacerlo pero casi nunca lo logre. Si su niño pide saltar en la cama, ruéguele que lo haga “con mucho cuidado” con una mirada que al mismo tiempo le dé permiso de saltar alto y asustarle a usted.

El miedo del niño se irá liberando mientras que ríe y usted asume el papel menos poderoso. Entre más juegue usted y le haga reír (las cosquillas no ayudan) más confianza tendrá su niño.

El llanto, el sudor y el temblor también alivian el miedo

Cuando el temor hace presa de su niño, puede trabajar en sentimientos de miedo más profundos. Aquí, el trabajo de usted es ser cariñoso, aprobador y seguro. No trate de cambiar la situación si ésta es segura. Para deshacerse de él, su niño tiene que sentir el miedo. Su presencia y calma serán lo que le ayude. Acérquele despacio hacia lo que le inspira temor manteniéndole muy cerca de usted. Cuando empiece a llorar, a temblar, a forcejear y a sudar entre sus brazos, se tiene la situación “ideal”.

El niño se sentirá muy mal: usted está allí para ayudarle mientras que se deshace de ese terror. Usted le puede decir, “Aquí estoy a tu lado y no me voy a ir. No te va a pasar nada”, o “Ya veo qué difícil es esto para ti, pero yo te estoy cuidando.” Es muy probable que su niño vaya a protestar y le va a pedir con palabras fuertes que lo deje. Pero si usted se aleja o trata de calmarlo, no podrá deshacerse del miedo. Usted tiene que estar confiado de que el enfrentar estos sentimientos en la seguridad de sus brazos es la mejor manera de ayudarle.

Trate de acompañar al niño en su terror lo más que pueda. Entre más cariñoso y tranquilo esté usted, más pronto se esfumará el miedo. Un niño puede llorar, forcejear, temblar y sudar hasta por una hora para deshacerse de una buena cantidad de miedo. Si puede hacerlo, quédese a su lado hasta que llega el momento en que se siente seguro en sus brazos y comprueba que todo a su alrededor va bien. Cuando llegue a este lugar, se relajará, tal vez llorará un rato, se quedará tranquilo en sus brazos o empezará a reírse buscando algo divertido qué hacer con usted. Después de esta “sesión” sentimental, su comportamiento será muy diferente.

El ayudarle a un niño a deshacerse de su miedo puede ser algo difícil. Es sorprendente lo difícil que parece el permitirle a un niño reír, llorar o mostrar otros sentimientos por mucho tiempo y ser testigos de sus miedos y pesares. Usted verá que el hacerlo es más fácil si encuentra alguien que le escuche a usted también; para que usted tenga la oportunidad de contar y notar qué es lo que siente cuando trata de ayudarle a su niño a conquistar el miedo.

 

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